Será posible despertar el interés por estudiar ciencia en un contexto poco favorecido como el nuestro a cualquier persona independientemente de su edad; en las escuelas de nuestro país desde la hoy llamada educación básica que constituye los niveles de preescolar, primaria y secundaria hasta la educación superior aprender —ciencia— se ha convertido en un reto, un reto con múltiples responsables, pero que en los profesores se encuentra el mayor porcentaje de compromiso en esa tarea.
Sin adentrarse en el tema de éxito o fracaso educativo se puede examinar por qué el estudiante mexicano encuentra en determinada asignatura o área de aprendizaje factores internos al hecho pedagógico que se convierten en obstáculos para la comprensión de los conocimientos marcados en los currículos escolares.
En este escrito primero se abordarán reflexiones en torno al poco éxito en la enseñanza de aspectos científicos a los alumnos principalmente del nivel básico, es breve lo que se trata pues pretender hacer un texto amplio con las características del ensayo podría no captar la atención del lector, así que esperando sea de utilidad se transita en un texto corto que espero puedas dar puntos de vista o comentar. Posteriormente se abordan consideraciones históricas de cómo el hombre se interesó en experimentar para obtener conocimiento y finalmente una sugerencia para quienes manejan o tienen la oportunidad de trasmitirla en alguna institución a que traten de hacerla comprensible mediante la comprobación.
Si particularizamos en lo que compete al campo de las Ciencias Naturales podemos encontrar entre las razones del atraso escolar que esta área de estudio eminentemente experimental, es tratada más desde un enfoque enciclopédico; es decir, un acopio de información sobre cómo ocurren los fenómenos naturales, alejada del análisis y comprobación directa o simulada del acontecimiento.
Se debe reconocer la desventaja que implica enseñar o estudiar ciencia en nuestro país, pero también analizar la manera en cómo acceden las personas encargadas de impartirla, la forma de llegar es complicada; en los niveles de preescolar y primaria los profesores estudian específicamente para atender a quienes acuden a sus planteles educativos, pero del nivel secundaria en adelante la apertura del sistema escolar permite el arribo de profesionistas cuyo perfil estaba encaminado no a la educación pero que la necesidad laborar los lleva a ella.
La explicación se da tratando de contextualizar de manera mínima y entender el porqué la ciencia no es popular, es rechazada o es vista como algo tan difícil de comprender por el estudiante mexicano.
Óscar Almícar Herrera (2007: pp. 26-27) nos dice que la ciencia fue implementada por el hombre para liberarse y transformar su entorno además de responder sus dudas filosóficas respecto a la comprensión de su hábitat inmediato. En un principio fue una actividad aislada en ambientes poco favorables, que evolucionó y fue rebelde, actualmente estimada pero muchas veces al servicio de pocos y no de la sociedad.
La historia de la ciencia es la historia de la humanidad, como los testimonios iniciales son objetos y pinturas, se tiene que inferir en torno a ellos. Siendo el hombre un ser con desventajas —crecimiento lento, desprotegido…—, y que jugó un papel más cercano al de presa que de depredador, tuvo que aprovechar la ventaja evolutiva de coordinar su vista con su habilidad de asir y manipular (Bernal, 2006: p. 17).
Este inicial camino le permitió convertir en utensilios el palo y la piedra, los elementos comunes de su medio. Aunque todo ahora lo podemos narrar en unas cuantas líneas, la realidad es que entre un proceso y otro pasó bastantes años. Podemos decir que la ciencia y el arte eran uno en su etapa embrionaria ya que “…el científico es un artista en la medida que crea instrumentos y métodos sensibles para la realización de su empresa descubridora…” (Hull, 1981: p. 17), y eso fue el hombre primitivo, curioso y creador.
Los primeros pasos hacia la ciencia parten de la necesidad de alimentarse, por sí solo el hombre primitivo sin asociarse tenía pocas probabilidades de cazar piezas grandes, pero sus procesos de observación tanto de animales que eran su objetivo principal y de las plantas que empezó a recolectar identificando sus costumbres y propiedades respectivamente, y la capacidad mental de poder trasmitir esos conocimientos probablemente fueron la base de la biología y la forma simple de cocinar sus alimentos después de dominar el fuego la base primaria de la química.
Kedrov y Spirikin (2006: p. 18) nos dicen que la química es tan antigua como la humanidad misma, pero mencionan que es a partir de Roberto Boyle cuando se empezó a trasformar en ciencia durante el siglo XVII. Naturalmente la interpretación de la ley formulada por él tanto teórica como práctica me sería imposible hacerla, es como si estuviera leyendo, mejor dicho observando un texto en caracteres ideográficos chinos o alfabeto cirílicos y eso es un problema de formación, de la nula capacidad para comprender los lenguajes matemáticos y científicos de esta rama de las Ciencias Naturales.
Con esto se pretende dirigirse con el presente texto hacia quienes tienen la habilidad de comprender alguna rama de la ciencia, sin importar las cuestiones que envuelven el retraso educativo, se entienda que son parte de un todo y que pueden contribuir con quienes no están muy avezados en la lectura o práctica científica, la puedan hacer accesible para que a su vez sea retransmitida en los niveles educativos iniciales.
Pitágoras, célebre filósofo griego por cultivar las matemáticas, con su actitud peculiar creó un velo místico alrededor de su escuela, los conocimientos allí difundidos pretendió fueran vistos como algo que solamente gente iniciada podía poseerlos, la realidad nos indica que efectivamente no cualquier persona logra cultivar una ciencia o un arte y mucho influye la capacidad individual, pero también es verdad que las oportunidades son factor, en una sociedad como la mexicana hay sectores que no tendrían opción alguna de capacitarse.
Podría ser papel de los científicos encontrar la forma adecuada de proporcionar a su congénere común un poco de ese saber que como un don le fue conferido. En cadena a través de un profesor comprometido trasmitir saberes al niño que inicia y de entrada le tiene terror o le parecen aburridas las Ciencias Naturales, ver al profesor de esos niveles como un aliado, un puente entre ellos y los alumnos; que poco entiende de ciencia, sí, pero dispuesto también a comprenderla para poder trasmitirla.
“Para los científicos del Tercer Mundo, la aplicación de la ciencia a la superación del subdesarrollo representa uno de los desafíos morales e intelectuales…” (Herrera, 2007: 30). Con ello recuperar el carácter rebelde y liberador de los comienzos de la revolución científica; para el estudiante universitario la oportunidad de hacer práctica su filosofía donde la ciencia será un instrumento al servicio de la humanidad, comprender y jugar un posible doble papel, el primero creador donde su ingenio trasforme para el bienestar común y un segundo papel que permita hacer en la medida de lo posible entendible su trabajo para que de manera didáctica se pueda trabajar desde la educación básica y así potenciar futuros científicos que tanta falta hacen en nuestro país.
Bibliografía:
BERNAL, John D. La ciencia en la historia. Durango: Ujed, 2006. Tomo I.
HERRERA, Almícar Ó. Ciencia y política en América Latina. Durango: Ujed. 2007.
HULL, L. W. H. Historia y filosofía de la ciencia. 5ª ed. Barcelona: Ariel, 1981.
KEDROV, B. M. y A. Spirikin. La ciencia Durango: Ujed, 2006.
http://www.ecured.cu/index.php/Hombre_primitivoprimera imagen