Se
inicia afirmando que al colocar a los alumnos ante situaciones óptima de
aprendizaje ajustadas a su zona de desarrollo es la manera de lograr los
objetivos que se proyecten. Este supuesto fracasaría sólo si dos factores se
presentaran en la dinámica de implementación: el aburrimiento y el exceso de
alumnos para un docente. El primero generaría desesperación, desidia e incluso
añadiría estrés por presión de parte de las autoridades educativas al solicitar
información específica que nada tenga que ver con los propósitos previstos; el
segundo precisamente al querer ser puntual en la cuestión de diferenciar, el
autor menciona que eso no es posible ni deseable, lo que propone es crear
clases de distintas formas, nuevos espacio y diferentes tiempos de formación.
Un
dispositivo de diferenciación es para el autor el que está diseñado buscando
dar un giro en este caso a la enseñanza tradicional, no por ser totalmente
inadecuada sino repetitiva… el que busca romper lo que llama una pedagogía
frontal que es dar la misma lección, los mismos ejercicios para todos. Que
implemente situaciones de trabajo y sus dispositivos favorezcan a quienes estén
en desventaja sin descuidar a los demás.
Parecería
contradecir a lo que se ha propuesto en México para las escuelas de
características multigrado. Se les ha sugerido que generen planeaciones con un
tema común para atender los distintos grados bajo su tutela y diría que no,
dicha planeación didáctica permite a los docentes salir de la desventajosa
forma de planear anterior, donde el docente daba tema distinto a cada grado.
Mientras a unos les explicaba una tarea de matemáticas, los de otro grado
copiaban alguna lección o hacían cuestionarios… mientras los niños de otro
grado lo esperaban dejando realmente agotado al maestro que no se daba abasto.
Para
lograr esta competencia genérica, plantea Perrenoud desarrollar las siguientes
competencias específicas que a continuación se explican.
Primera competencia específica
Hacer frente a la heterogeneidad en el mismo
grupo-clase
La
educación primaria en México sabemos que está dividida en seis grados, hasta
antes de la reforma (bueno... esta última reforma) se tomaban tres ciclos de dos grados cada uno y actualmente
esos seis grados corresponden al segundo y tercer período escolar, tres grado
por período. En cada grado se prevé la asistencia de niños de determinada edad,
tratando que su tránsito sea entre los seis años al inicio y terminen de doce
años. El ideal de contar con grupos homogéneos al menos en edad fue factor para
su diseño.
Dentro
de la homogeneización que se ha intentado en todo sistema escolar, ya se ha
visto que no es posible darse, primero, es común que en cada grado haya alumnos
que no logren pasar de grado de manera continua, al menos eso sucedía
regularmente en nuestro país hasta antes que se elaboraran mecanismos para
estadísticamente no reprobar alumnos. Mientras que había niños que pasaban con
regularidad de grado en el tiempo previsto, había otros que requerían de más
años e incluso muchos no lo lograban y debían terminar la primaria en el
sistema abierto.
En
el grupo que lograba concluir su nivel primaria, se encontraba un número
considerable de niños que lo hacían con notas no muy buenas e incluso muchos
transitaban con conocimientos débiles pero que no eran repetidores para cuidar
que la cantidad no fuera elevada de reprobados. Lo anterior muestra que dentro
de los niños que concluían su educación en el tiempo previsto; niños de la
misma edad eran distintos entre sí porque lo que deberían de haber aprendido no
todos lo lograban.
Al
describir cómo adquirir la competencia para hacer frente a heterogeneidad, el
autor menciona que inclusos en la supuesta igualdad, hay diferencias ya que
entre los mismos niños es diferente el desarrollo e incluso la socialización
por tanto la homogeneidad resulta muy relativa. Nos explica que otros autores
proponen cambiar la idea de trabajar de manera estandarizada y modificar hacia
el trabajo por grupos de necesidades o de proyectos.
Trabajar
con dispositivos múltiples y no todos bajo la dirección del profesor; contar
con talleres, algo que ya se tiene como los rincones, tareas correctivas… es
decir, una variedad de elementos en los que el alumno sea parte constructora.
Ya se ha propuesto en los cursos el trabajo de tutoría entre alumnos, en los
programas compensatorio se han elaborado secuencias didácticas y diseñado
talleres de co-aprendizaje. Se tiene experiencias que considero se
desaprovecharon en nuestro país porque no sólo dentro del aula hay resistencias
sino también fuera de ella entre los directivos e incluso padres.
Segunda competencia específica
Compartimentar, extender la gestión de clase a
un espacio más amplio
Se
reconoce en la lectura que en muy poco tiempo se revierten las deficiencias en
un grupo, un ciclo no es suficiente. La competencia aquí propuesta es a la vez
cultural, y se enfoca a la cooperación docente además de ampliar la propuesta
de trabajo no sólo al aula sino a espacios más amplios. Reconoce el autor que
hay poco escrito sobre organización y coordinación donde necesariamente se
lograría a través del trabajo en equipo.
Cómo
lograr lo anterior, creando los propios espacios de formación. En dichos
espacio a través de la cooperación se crearían más y mejores dispositivos
didácticos eficaces –dice Perrenoud– y cuyo objetivo sea combatir el fracaso
escolar, pero que obliga a aumentar el esfuerzo en los equipos considerando que
se esté dispuesto a hacerlo.
El
trabajo que generan los Consejos Escolares pudiera ser ese espacio, la cuestión
es la percepción de imposición con el que fueron implementados para cumplir una
ley generada no sé si por moda o mandato y la dinámica donde encajona al
docente a generar productos y conducirlos hacia una propuesta estratégica que
se cumple administrativamente.
Tercera competencia específica
Practicar el apoyo integrado, trabajar con
alumnos con grandes dificultades
La
competencia aquí expuesta, está enfocada a tratar de mejorar sustancialmente en
didáctica y evaluación, así se expresa en el libro; ser inclusivo con los
alumnos con dificultades, gestionar recursos específicos, aceptar la ayuda
externa y aprender de ella… la capacidad emocional de aceptar el cambio, la
innovación y evitar el rechazo.
En
el texto Perrenoud muestra una lista de competencias que algunos profesionales
de apoyo tienen y que es válido copiar y saber:
1)
Observar con o sin instrumentos; 2) Estar formado en una práctica metódica; 3)
Construir situaciones didácticas a medida; 4) Negociar contrato didáctico sobre
un terapéutico; 5) Practicar una aproximación sistémica; 6) Aceptar la
supervisión; 7) Respetar un código deontológico explícito (valores, reglas); 8)
Familiarizarse con una aproximación de la persona, comunicación, observación,
intervención; 9) Control teórico y práctico de los aprendizajes; 10) Salir del
registro pedagógico; 11) Los ritmos de las personas; 12) Que las personas son
distintas; 13) Opinión sobre el fracaso escolar, diferencias personales y
culturales; 14) Tener bases teóricas sólidas en psicología social del
desarrollo y del aprendizaje; 15) Cultura de la profesionalización; 16) Tener
en cuenta las dinámicas y resistencias familiares, tratar a los padres como
personas complejas.
Cuarta competencia específica
Desarrollar la cooperación entre alumnos y
algunas formas simples de enseñanza mutua
El
trabajo por tutorías entre iguales es una estrategia como se ha mencionado
anteriormente ya implementada en el estado de Durango, se tienen antecedentes
de la aplicación de un programa con dichas características en el municipio de
Tamazula. Dentro de los trayectos de capacitación se han implementado cursos
para implementar dicha metodología y en el año de 2014 fue trabajado aunque no
con la amplitud deseada en algunas zonas escolares del estado.
Con
lo anterior se retoma lo expuesto por Perrenoud en este apartado y justifica su
implementación diciendo que el docente al querer ser el único que se eche a
cuestas la función de enseñar, siempre terminará agotado o se rendirá a pesar
de tener los mejores medios y dispositivos a su alcance.
El
trabajo colaborativo o enseñanza mutua es una idea que surgió y se aplicó en
Inglaterra y que posteriormente llega al México independiente con el nombre de
Escuela Lancasteriana. Adoptado su sistema fue el primer método que permitió
atender a un gran número de niños que bajo la dirección de un monitor, un
alumno avanzado, se instruía a un grupo de niños bajo la misma aula, a la
vigilancia del maestro encargado. Durante el gobierno de Obregón, José
Vasconcelos para poder llevar la educación al medio rural, convocó a los maestros
normalistas a trabajar en las regiones alejadas; al no recibir respuesta sólo
de algunos con verdadera vocación, se adentró con el puñado de docentes y
reclutó a los jóvenes de comunidades a los cuales preparaban y mandaban a otras
comunidades creando redes de trabajo docente.
Perrenoud
nos habla de este sistema en su texto, aunque de manera breve pues ahora no es
factible extendernos sobre dicho marco histórico, El sistema lancasteriano
instruía sobre necesidades básicas, pero actualmente con el alumno se pueden
crear dispositivos donde los alumnos más avezados apoyen la labor del docente,
se les encarguen tareas colaborativas que no sean simple entretenimiento del
alumno sino que evolucionen los conocimientos de los niños.
Evolucionar
entonces a una pedagogía cooperativa, a una cultura de cooperación entre
docentes, a involucrar a la comunidad es todo un desafío colectivo… un docente
no podría cambiar el estado de cosas solo. “Toda pedagogía diferenciada exige
la cooperación activa de los alumnos y de sus padres…” (p. 55).
El
autor advierte que las competencias que propone construirse, aún no están
totalmente identificadas, se están enunciadas y eso basta pues la participación
colectiva las estará definiendo y mejorando.